miércoles, 30 de junio de 2010



DEL PAPEL QUE HA DE DESEMPEÑAR EL DOCENTE ANTE LA NUEVA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
Así como un análisis de nuevas necesidades en su formación como profesional de la docencia.
Formación del profesorado. Nuevas tecnologías aplicadas a la educación. Innovación tecnológica. Desarrollo profesional y nuevas tecnologías.
Este papel enlaza con algunas tradiciones bien enraizadas en el mundo pedagógico, como las que enfatizan el papel del docente como preceptor, partenaire o terapeuta.
 Utilizar los recursos psicológicos del aprendizaje.
 Estar predispuestos a la innovación.
 Poseer una actitud positiva ante la integración de nuevos medios tecnológicos en el proceso de enseñanza aprendizaje.
 Aprovechar el valor de comunicación de los medios para favorecer la transmisión de información.
 Valorar la tecnología por encima de la técnica.
 Seleccionar y evaluar los recursos tecnológicos.
Un maestro que revise críticamente su propia práctica desde la reflexión de sus intervenciones como docente, y que pueda ayudar a sus alumnos a "aprender a aprender" en una sociedad cambiante y en constante evolución.
Según la profesora Marabotto (1996) son tareas cruciales para el docente interesado en mejorar su tarea: conocer a fondo las estrategias cognitivas que el tratamiento eficaz de la información requiere y ayudar a los alumnos a reflexionar acerca de cómo mejorar su propio trabajo no sólo con el conocimiento mismo, sino con las tecnologías disponibles en cada momento para adquirirlo y consolidarlo. (Marabotto, M.I., 1996: 53)
El profesor debe ser un conocedor de su materia, pero además ha de aprender a ser un experto gestor de información sobre la misma, un buen administrador de los medios a su alcance, y desde esta orientación dinamizar el aprendizaje de sus alumnos. Una ayuda eficaz para la gestión de la información que aceleradamente se genera en la sociedad de la información y la comunicación con las Nuevas Tecnologías, que están cambiando los modos de ejercer las funciones de los docentes en la formación de las generaciones futuras.
Una de las necesidades más inmediatas que debieran contemplarse para la integración de las Nuevas Tecnologías en los procesos de enseñanza-aprendizaje pasa por cambiar el actual papel que el profesor tiende a desempeñar en nuestra cultura escolar.
Sirvan de ejemplo algunas funciones del profesor respecto a las Nuevas Tecnologías que el Ministerio de Educación y Cultura en el año 1992 señalaba para la educación infantil:
Seleccionar el material y planificar su utilización desde un enfoque didáctico.
Según Ferrández Arenaz (1995), se debería contemplar al formador en su papel total: como planificador (momento preactivo), como procesador de información y ayuda al aprendizaje (momento interactivo o desarrollo del proceso) y como evaluador del aprendizaje del alumno (momento postactivo).
El nuevo papel del profesor en relación al uso de la Tecnología de la Información y la Comunicación, puede entenderse atendiendo al siguiente cuadro en el que se especifican las características y tareas del profesor desde dos modelos educativos contrapuestos.
Los alumnos deberán aprender a elegir y a explotar la información" (UNESCO, 1990: 128).
Las redes telemáticas pueden llegar a sustituir al profesor si éste se concibe como un mero transmisor de información ya que en las redes tienen gran capacidad para almacenar información y desde ellas se puede adaptar dicha información a las necesidades particulares de cada alumno.

"Hoy no resulta suficiente pedirle al profesor únicamente estar informado,… Al profesor le pedimos otras cosas, tales como fomentar la convivencia, la participación, la cooperación, la autonomía del alumno, la autocrítica, la ética, la reflexión. Expresiones que suelen identificar modelos docentes que otorgan a los profesores el papel de agentes de cambio e innovación educativa" (De Pablos Pons, J., 1996).
Oliver (1989: 65)

Desde esta concepción el profesor se convierte en dinamizador de situaciones de enseñanza-aprendizaje, mediando en los procesos de aprendizaje de sus alumnos, donde las habilidades para su diagnóstico y orientación son más significativas que las de depositario de conocimientos y saberes.
Atendiendo a las nuevas teorías psico-pedagógicas sobre el aprendizaje, el profesor se ha convertido en alguien que pone, o debería poner, al alcance de sus alumnos los elementos y herramientas necesarias para que ellos mismos vayan construyendo su conocimiento, participando de forma activa en su propio proceso de aprendizaje. La figura del profesor se entiende más como un tutor del proceso de aprendizaje.
Desde este enfoque el profesor adopta una función más de gestor del aprendizaje de sus alumnos, que de transmisor de conocimiento.
Que la experiencia permita despertar intereses, aprender algo más, pero no suponga grandes esfuerzos académicos sobre materias ajenas.

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